A casi 70 km de la comuna de Copiapó, en la región chilena de Atacama, se cosecharon los primeros tomates cultivados en el Desierto de Atacama que fueron, además, trasladados en un vehículo eléctrico cargado en la primera electrolinera de Latinoamérica conectada directamente a una planta solar fotovoltaica, según información de First Solar Chile.

Los trabajadores de la central fotovoltaica Luz del Norte, desarrollada por la sede en Chile de la norteamericana First Solar, construyeron un pequeño invernadero, sembraron y cultivaron tomates que cosecharon cuatro meses después con ayuda de sus hijos. Para regalar, usaron agua del subsuelo del desierto. Finalmente, junto a las autoridades locales, llevaron los tomates en auto eléctrico cargado con energía solar fotovoltaica al Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores de la ciudad de Copiapó, donde los donaron.

“Se trata de tomates producidos en el desierto y trasladados con energía solar fotovoltaica con 0% huella CO2”, afirma el delegado Presidencial en Atacama, Patricio Urquieta.

Gabriel Ortiz, Assent Mannager del Parque Luz del Norte de First Solar, explicó que “El objetivo es demostrar que hoy existe la tecnología para producir vegetales en el desierto y trasladarlos sin huella de carbono a las ciudades aledañas, en este caso, a la ciudad de Copiapó”.

“Estos tomates no tienen huella de carbono porque fueron cultivados con el agua de la zona, y el transporte, en este caso lo más importante, es que son casi 70 km, que se han cubierto con un auto eléctrico que fue cargado con energía solar fotovoltaica de manera directa, entonces estos son hoy en día los primeros tomates fotovoltaicos de Chile”, dijo Ortiz.

El proyecto Luz del Norte, de 141 MW, se concluyó en 2016 con más de 1,7 millones de módulos fotovoltaicos de capa fina de First Solar, y fue entonces el mayor proyecto de América Latina.  Luz del Norte fue también la primera planta solar del mundo en ofrecer servicios auxiliares de red.